Situación económica global
La recuperación mundial tras la pandemia y la invasión rusa de Ucrania se ralentiza con importantes asimetrías entre sectores económicos y regiones.
El FMI prevé una desaceleración del crecimiento mundial con un 3,5% estimado para 2022 al 3,0% en 2023 y 2024, 8 décimas inferior a la media anual para el periodo 2000-19. La contracción de la política monetaria para controlar las presiones inflacionistas ya tiene efecto sobre el dinamismo económico, si bien el restablecimiento de las condiciones prepandemia en las cadenas de suministro y el buen desempeño del sector servicios actúan como factores positivos para el crecimiento.
Por su parte, la inflación se mantiene elevada y erosiona el poder adquisitivo de los hogares. El FMI estima que se reducirá del 8,7% en 2022 al 6,8% en 2023 y 5,2% en 2024. La corrección de la inflación subyacente será más gradual.
En este contexto, persisten riesgos a la baja para el crecimiento mundial. Destacan la reactivación de las presiones inflacionistas, el renacimiento de turbulencias en los mercados financieros ante un eventual endurecimiento de las políticas monetarias y la escasez de crédito, la ralentización de la recuperación de la economía china, la desaceleración de la actividad en la Eurozona, los elevados niveles de deuda soberana, la continuidad de la guerra en Ucrania y la incertidumbre geoeconómica y estratégica.