El Barómetro 2018 analiza la situación estructural de la economía española, centrándose en identificar las principales fortalezas y debilidades competitivas económicas y empresariales, en la que impactan las transformaciones sociales, tecnológicas y geopolíticas que se están produciendo en el mundo.
En el Barómetro 2018 el dinamismo del mercado sigue siendo el ámbito mejor valorado (4,9, en un rango de entre 1 y 7), seguido del dinamismo empresarial (4,3). Los aspectos peor valorados son la contribución de las AAPP (3,3) y el mercado laboral (3,6). Se observa una evolución positiva del mercado financiero (del 2,9 en 2014 al 4,1 en 2018) y, en menor medida, del mercado laboral (del 3,3 en 2014 al 3,6 en 2018, aunque ligeramente por debajo del 3,8 del 2016) y de la contribución de las AAPP (del 3,0 en 2014 al 3,3 en 2018). En el resto de aspectos del entorno, dinamismo empresarial y recursos básicos, se observan valoraciones similares a las obtenidas en ediciones anteriores (2014 a 2016).
El Barómetro de los Círculos Desde un punto de vista metodológico este análisis se complementa con el estudio de la posición que ocupa nuestro país en los principales indicadores internacionales de competitividad, y en el Social Progress Index (Social Progress Imperative) para conocer el grado de cohesión y bienestar social de España respecto a las principales economías avanzadas.
A su vez, para apoyar este estudio, en esta edición nuevamente, se ha realizado una encuesta para recabar la opinión de una muestra representativa, geográfica y sectorialmente, de la estructura empresarial española, incluyendo tanto a empresas pequeñas y medianas como a grandes empresas nacionales y multinacionales que operan en España.
Estado de la economía española
En 2017, la economía española superó las previsiones económicas de principios de año, cerrando cuatro años consecutivos de expansión favorecidos principalmente por la recuperación del dinamismo de la UE y el crecimiento global sincronizado que ha impulsado la excelente situación que registra el sector exterior español desde 2009.
- En los últimos cuatro años España ha logrado afianzar la recuperación económica, crear empleo e impulsar las exportaciones de bienes y servicios. Pese a este crecimiento, la economía continúa presentando importantes desequilibrios:
- La tasa de desempleo se mantiene en niveles muy preocupantes, 16,7% de la población activa, que duplica la media de la Eurozona (8,5%), incidiendo especialmente en los parados de larga duración y en la población más joven.
- La deuda pública asciende al 98,3% del PIB, por encima de la media de la Eurozona (86,7%), y se sitúa 38,3 pp por encima del 60% del PIB, parámetro establecido en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
- El déficit público se mantiene en el 3,1% del PIB, superior a la media de la Eurozona (-0,9%), por lo que nuestro país continúa sujeto al Procedimiento del Déficit Excesivo de la Comisión Europea.
Fortalezas de la economía española.Entre las ventajas comparativas de la economía española
el Barómetro 2018 identifica principalmente:
Buena valoración de la calidad y el coste de la mano de obra cualificada, tanto en profesiones técnicas como creativas.
Infraestructuras físicas de alta calidad.
Tamaño y localización del mercado doméstico atractivos.
Un importante y creciente sector exportador, tanto de productos industriales como de servicios.
Competitividad
La competitividad actual de la economía española queda reflejada por su posición en el ranking de los principales indicadores internacionales de competitividad. España ocupa el puesto 34 en el Global Competitiveness Report, WEF (de un total de 137 países), el 36 en el World Competitiveness Yearbook, IMD (63 países), y el 28 en el Doing Business, Banco Mundial (190 países). Estas posiciones son similares al ranking español por renta per cápita (puesto 31), pero inferiores a la que correspondería a nuestro país tomando como referencia el peso de la economía española según el PIB nominal a nivel mundial (puesto 14).
Comparando la evolución de la posición española en los rankings internacionales de competitividad, considerados en su conjunto, desde 2007 a 2017, no se observa en los últimos años un avance ni se recuperan las posiciones alcanzadas en ellos antes de la crisis.
Lo que más preocupa a los empresarios
- La calidad del sistema educativo español, principalmente la educación reglada primaria y secundaria y la Formación Profesional (FP).
- El insuficiente esfuerzo en innovación y adaptación tecnológica.
- El ineficiente funcionamiento de las Administraciones Públicas (AAPP), con una reducida implantación de instrumentos y criterios de gestión del sector privado.
- El mercado de trabajo, cuyo funcionamiento es necesario mejorar, reduciendo la dualidad entre empleados temporales e indefinidos.
- La corrupción y la economía sumergida.
- El sistema de pensiones.
Recomendaciones
Mercado Laboral
Entre las medidas que se consideran más convenientes para mejorar la calidad de la formación e impulsar la empleabilidad en España, los empresarios encuestados destacan:
La necesidad de acelerar el conocimiento y dominio de idiomas.
Incrementar la participación de las empresas en la FP.
Fomentar los valores del emprendimiento desde la escuela primaria.
Adecuar la oferta de títulos al mercado laboral.
Administración PúblicaReducir el tamaño de la Administración.
Acercar la gestión de la función pública a la del sector privado.
Mejorar el uso de la tecnología por parte de la Administración.
Mayor gestión privada en la provisión de servicios públicos.
Progreso SocialSi bien los índices internacionales posicionan bien a España en progreso social, la valoración general que hacen los empresarios sobre las variables analizadas en este ámbito es moderada, siendo la que obtiene la mejor puntuación la de salud y bienestar de los trabajadores. En contraste, preocupa la sostenibilidad medioambiental, la integración de la población inmigrante o el aprovechamiento del talento, especialmente el talento senior. La valoración de las empresas pequeñas es inferior a la de las grandes en todos los aspectos de progreso social.
Entre las medidas necesarias para avanzar en el grado de desarrollo social en España, destacan la formación en la cultura del esfuerzo, la mejora de la calidad del empleo, la garantía de las necesidades básicas y el impulso de la igualdad de oportunidades de acceso a la educación superior y el fomento de la igualdad de género.