La sociedad contemporánea vive un proceso extraordinario de transformación y progreso económico. Sin embargo, es prioritario abordar la lucha contra el cambio climático, asegurando que dicho progreso sea sostenible.
En los últimos 100 años, las emisiones de CO a nivel mundial se han multiplicado por 10, concentrándose principalmente en EEUU y China.
Según el Global Risks Report 2020 (WEF), los principales riesgos globales en los próximos 10 años se centran fundamentalmente en el aumento progresivo de las temperaturas y en la aparición de desastres naturales ante la acción del cambio climático.
Estos riesgos implican un coste social y económico significativo, condicionando nuestro desarrollo sostenible a futuro.
Ante la gravedad de este problema, la Unión Europea cuenta con una regulación y un marco legislativo particularmente avanzados en materia de descarbonización y aumento de la presencia de energías renovables.