
Las cifras de contagios y fallecimientos continúan su inexorable ritmo de crecimiento, a pesar de la encomiable labor de los profesionales sanitarios, públicos y privados, a quienes las distintas Administraciones tienen que procurar todos los medios que precisen para ejercer su imprescindible función y con el menor riesgo para su salud. El sector empresarial está mostrando en esta fase su cara más social, no siempre reconocida, con sus cuantiosas donaciones de materiales de protección y equipos sanitarios. También con sus decisiones de fabricar respiradores, mejorar servicios a sus clientes, rebajar alquileres o proteger y preservar a sus empleados con múltiples iniciativas. Mientras, seguimos a la espera de celebrar la tan deseada inflexión en la curva, que debe llegar pronto como consecuencia de las estrictas medidas de confinamiento establecidas por el estado de alarma.
Ante las llamadas a bloquear la actividad económica, desde el Círculo de Empresarios creemos que en momentos como este hay que anteponer el interés general de España sobre los de las diferentes comunidades autónomas. Las medidas de confinamiento se están cumpliendo gracias a la concienciación y compromiso de los ciudadanos y al control de las fuerzas de seguridad, por lo que el cierre de las fronteras interiores no es necesario sino la solidaridad interterritorial. Hay que preservar en lo posible la actividad de los sectores esenciales, pero también la de todos aquellos que puedan operar sin exponer a sus trabajadores al contagio. No en todas las empresas el teletrabajo es posible. Debemos pensar ya en el día después, en la deseada fase de recuperación. Esta será más rápida y enérgica cuanto menos se haya deteriorado la actividad productiva, más empresas sigan operando y menos trabajadores hayan perdido sus empleos.
Aún es pronto para determinar la duración de la crisis, que será intensa y dolorosa. Pero hay que enfocar desde ya la fase de recuperación que exigirá un decidido impulso monetario y fiscal que, como viene alertando el Círculo de Empresarios, no puede ser solo español por el escaso margen fiscal de que disponemos, sino europeo. La parte monetaria parece cubierta por el compromiso del Banco Central Europeo para proveer la liquidez necesaria, pero la fiscal es una incógnita. Ya han sido relajados los compromisos de reducción de déficit estructural del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y los requisitos de ayudas de Estado. La respuesta fiscal para afrontar las consecuencias económicas y sociales de la crisis se espera que venga de los presupuestos nacionales ante la inexistencia de un instrumento fiscal común. Ello va a suponer un notable incremento de deuda en las cuentas nacionales que las excepcionales circunstancias en que nos encontramos deberían llevarnos a mutualizar, aunque sea de manera excepcional a través de una emisión de coronabonos, como cada vez más voces autorizadas solicitan.
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