La empresa y la modernización de España

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John de Zulueta, Presidente del Círculo, escribe este artículo para el especial de Expansión sobre el 40 Aniversario de la Constitución española.

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La empresa y la modernización de España

Cuando el año pasado el Círculo de Empresarios cumplía su cuarenta aniversario quisimos poner en valor lo mucho que ha conseguido España a lo largo de estas cuatro décadas en las que la Constitución viene amparando nuestros derechos y libertades. Lo hicimos mediante el documento “Una España mejor para todos” y proponiendo “Un pacto para un crecimiento integrador”.

La España de hoy es, sin duda, fruto de una gran tarea colectiva en la que el mundo de la empresa y de los emprendedores han jugado un papel extraordinariamente relevante. Además de aportar crecimiento a la economía generando riqueza y empleo para toda la sociedad, los empresarios han participado también en este éxito colectivo que es nuestra España actual contribuyendo a vertebrar una sociedad moderna.

Destacábamos entonces cómo las empresas españolas han sabido adaptarse  de forma ágil y dinámica a las nuevas condiciones de competencia  de un mercado único europeo, acometiendo al mismo tiempo un proceso de internacionalización, abriendo nuevos mercados en todos los continentes.

Todo esto ha sido posible porque España ha contado, y cuenta, con un capital humano extraordinariamente valioso, tanto si hablamos de empresarios y directivos como si lo hacemos de los trabajadores en general, sean autónomos o por cuenta ajena. Y frente a la leyenda negra de que este es un país sin iniciativa y sin vocaciones empresariales, los últimos decenios han aportado suficientes pruebas de lo contrario.

La España de hoy es un país con problemas serios que resolver, pero también con indudables fortalezas: una localización geográfica envidiable, atractivos valores culturales, plena integración en la Unión Europea, rebosante de talento, con infraestructuras técnicas muy avanzadas y con empresas con relevante presencia internacional.

"Que España es un gran país lo saben en Europa y en el mundo, pero convendría también que nos lo creyéramos nosotros mismos" vía @circulodempresa Clic para tuitear

España es un gran país. Lo saben en Europa y lo saben en el mundo, pero convendría también que nos lo creyéramos nosotros mismos. Una cita del prestigioso historiador John Elliott arrancaba nuestro documento de aniversario, señalando que “quizás más que una reforma constitucional lo que necesita este país es una cura de autoestima”.

Pese a todo lo conseguido, y para consolidarlo y reforzarlo, tenemos una inmensa tarea por delante. Esta empieza por creer más en nosotros mismos y trabajar más intensamente en la búsqueda de consensos, uniendo fuerzas y evitando desperdiciar esfuerzos. Tenemos que rescatar el espíritu reformista y de cooperación que nos ha permitido a lo largo de las últimas décadas ser lo que hoy somos. Y tenemos que hacerlo bajo el impulso de lo que nosotros definimos como un pacto para un crecimiento integrador.

"España tiene que rescatar el espíritu reformista y de cooperación que nos ha permitido a lo largo de las últimas décadas ser lo que hoy somos" vía @circulodempresa Clic para tuitear

Ese pacto hacia una España posible tiene que estar orientado en una triple dirección: mejorar la calidad de nuestro sistema educativo; impulsar la creación y el crecimiento de las empresas españolas  y reducir el peso de la economía sumergida. Esto nos permitiría definir un futuro mejor en términos de empleo, igualdad y sostenibilidad del Estado de Bienestar.

Los últimos años de estas cuatro décadas que ahora celebramos han estado marcados por una de las crisis económicas más dolorosas que se recuerdan. De ella hemos salido con unos niveles de desigualdad que tenemos la obligación de resolver. Nosotros pensamos que la mejor manera de superar las desigualdades es estableciendo una auténtica igualdad de oportunidades y eso se logra mediante la mejora de la calidad de nuestro sistema educativo y mediante la creación de empleo, dos cosas que van estrechamente ligadas.

Un nivel de formación inadecuado tiene un impacto extraordinariamente negativo en el desempleo, especialmente en el que afecta a nuestros jóvenes. España necesita contar con un sistema educativo más competitivo, con mejores políticas activas de empleo y con un mercado laboral más adaptado a los nuevos tiempos y, en especial, más parecido al de los países con los que tenemos hoy que competir.

"Un nivel de formación inadecuado tiene un impacto extraordinariamente negativo en el desempleo, especialmente en el que afecta a nuestros jóvenes" vía @circulodempresa Clic para tuitear

Tenemos que prestigiar figuras en otros países más valoradas como la Formación Profesional y, en concreto, la Dual. Y orientar la formación hacia un mundo mucho más digitalizado, digitalización que tiene que contemplarse no solo en la formación de los jóvenes sino también en el de las propias empresas. También hay que superar el lastre del “que inventen ellos” e impulsar seriamente la investigación, el desarrollo y la innovación.

Es cierto que algunas de estas propuestas no son fáciles de implementar debido a la pequeña dimensión de las empresas españolas, algo que, por lo tanto, también hay que tratar de resolver. Si se elevaran los umbrales fiscales, laborales y burocráticos que dificultan el crecimiento de las empresas y se adoptaran medidas eficaces para diversificar las fuentes de financiación; si se facilitara la atracción de talento y se garantizara la unidad de mercado, contaríamos con toda seguridad con empresas de mayor tamaño. Y un mayor tamaño empresarial se reflejaría también, según nos demuestra la OCDE, en una menor incidencia de la temporalidad en el empleo, otro de los problemas que presenta nuestro mercado de trabajo.

Reducir el peso de la economía sumergida es también esencial para esa España de futuro que queremos, dados sus efectos negativos tanto sobre la moral del país como sobre la capacidad de recaudación y financiación del Estado de Bienestar. Generalizar el pago electrónico, por ejemplo, contribuiría muy eficazmente a erradicar la economía sumergida. Las nuevas tecnologías deberían ponerse al servicio de este objetivo. Por otra parte, es un hecho probado estadísticamente que los países en los que la economía irregular tiene menos peso presentan tasas medias de paro mucho menores.

"Nuestro país necesita mejorar la calidad institucional y contar con un marco regulatorio simple y estable que transmita seguridad jurídica" vía @circulodempresa Clic para tuitear

Hay otros aspectos importantes a tener en cuenta que se complementan con los anteriores. Por ejemplo, la necesidad de que la figura de los empresarios sea reconocida y respetada por los ciudadanos. Unos pocos casos de corrupción no pueden poner en entredicho el esfuerzo y el trabajo de millones de empresarios honrados que contribuyen a diario al crecimiento  y el progreso del país. Invierten su dinero, sus ahorros y en muchos casos su propia vivienda, por sacar adelante un proyecto de vida y empresarial luchando contra todo tipo de dificultades.

Sobrevolando todo este escenario nuestro país necesita mejorar la calidad institucional y contar con un marco regulatorio simple y estable que transmita seguridad jurídica y favorezca el desarrollo de la iniciativa privada y la atracción de inversiones nacionales e internacionales.

Todo esto está en nuestras manos conseguirlo si, como aconsejaba el Rey Felipe VI no hace mucho tiempo, nos damos la mano y no la espalda. Una buena recomendación que tendríamos que tener en cuenta a partir de ahora todos: políticos, empresarios, profesionales y ciudadanos. El objetivo es que los próximos cuarenta años puedan ser tan positivos o más que los que acabamos de dejar atrás.