En la búsqueda de UNA Sanidad centrada en las personas tenemos una palanca para hacer más eficiente al Sistema Nacional de Salud (SNS). Su sostenibilidad no se entiende sin la colaboración público-privada. La actual realidad marcada por el envejecimiento de la población y el aumento en la prevalencia de enfermedades crónicas amenaza con sobrecargar el presupuesto sanitario nacional y su sostenibilidad financiera. Esta situación tiene un impacto directo en la sanidad, afectando así la calidad de la atención al paciente y la calidad de vida de la población.
El incremento de la demanda en el sector sanitario requiere una estrategia que involucre a los sistemas de salud públicos y privados. En su mejor forma, las colaboraciones público-privadas capitalizan tanto las fortalezas del sector público como del privado, ampliando el acceso a la atención médica y mejorando la calidad de los servicios de salud.
En este contexto económico y político es necesario superar la dicotomía ideológica y conseguir un necesario entendimiento para el futuro de la sanidad, que aúne a todas las partes implicadas, no solo en el plano político, sino también con los agentes económicos que operan en las distintas áreas sanitarias.