El suelo urbano es un factor imprescindible para el establecimiento de las actividades económicas y sociales y su importancia radica en que sirve de soporte de industrias, servicios, comercios, infraestructuras y residencias que permiten el desarrollo de un país. La escasez y carestía del suelo edificable constituye una rémora para el desarrollo económico y es un problema estructural recurrente de nuestra economía, incidiendo seriamente en la competitividad y el nivel de empleo.
En el caso español, el mercado del suelo urbano está fuertemente intervenido y el marco legal dificulta el juego de las fuerzas del mercado. Como este mercado no está aislado, sino que presenta una fuerte interdependencia con el resto de la economía, su evolución la condiciona, no en vano todas las actividades están asentadas o tienen su base en el suelo.