La vocación del Círculo de Empresarios, como centro de pensamiento y debate, es la de generar ideas constructivas que permitan proponer y promover iniciativas que contribuyan al progreso económico y social de España. Entre ellas figura la identificación y promoción de los sectores con mayor potencial para situar al país en la vanguardia internacional, entre los que destaca el sanitario.
Desde hace años se ha proyectado una imagen de excelencia del sistema nacional de salud español como uno de los modelos a seguir a nivel mundial, basado en la universalidad, la calidad y la equidad de sus servicios. Sin embargo, la irrupción de la pandemia de la COVID-19 ha puesto de manifiesto una serie de deficiencias estructurales del sistema que deben afrontarse de manera urgente a través de las medidas correctoras oportunas.
Los fondos europeos son una oportunidad única para abordar reformas de calado y emprender acciones concretas, ahora que la pandemia ha permitido elaborar un diagnóstico de las limitaciones del modelo. Sin embargo, el volumen de fondos europeos destinados al Sistema Nacional de Salud (SNS) es claramente insuficiente para corregir los problemas que le aquejan e impulsar el sector salud como creador de riqueza, empleo cualificado y calidad de vida, por un lado, y contar con un sistema sanitario fuerte y eficaz, capaz de afrontar situaciones de emergencia sanitaria minimizando su impacto en la vida de los ciudadanos y en la actividad empresarial, por otro.
Este documento trata de ofrecer soluciones y medidas para convertir a España en un país de excelencia sanitaria. Esto pasa por intensificar la calidad, la eficiencia y la sostenibilidad del sistema, fortalecer los sectores farmacéuticos y de productos sanitarios, potenciar la investigación clínica, apostar por la tecnología y la digitalización e impulsar la colaboración pública-privada. Ello exige actuar en diversos ámbitos:
- Acometer las reformas en coordinación con los Servicios Autonómicos de Salud para asegurar el avance conjunto y converger con las políticas que se impulsan desde la Unión Europea.
- Garantizar una mayor autosuficiencia de medicamentos y productos sanitarios y así paliar nuestra dependencia respecto de terceros países, que nos coloca en situación de vulnerabilidad por problemas de abastecimiento ante crisis sobrevenidas.
- Debatir y acordar una política adecuada de inversiones, limitada por permanentes estrecheces presupuestarias, a fin de paliar la evidente obsolescencia de las infraestructuras y del equipamiento (o tecnología médica) y la escasez de los recursos destinados a la investigación.
- Definir y consensuar el modelo de gestión asistencial, afectada por prejuicios ideológicos que dan lugar a una dubitativa política de colaboración con el sector privado.
- Buscar soluciones a estas dificultades debería exigir un compromiso de interlocución con el mundo empresarial. Existe un margen importante de ganancia de eficiencia, lo que permitiría cuestionar la simplista identificación de distintos gobiernos entre mejora de la Sanidad y gasto público expansivo.
- Reforzar y reorganizar en general el nivel asistencial, crítico para la población y para la eficiencia del SNS para superar las disfunciones en la atención primaria que la pandemia ha puesto de manifiesto.
- Atender a los indicadores negativos, evidenciados por la OCDE, como las inequidades y desigualdades territoriales o la insuficiencia de recursos humanos, además de mantener los indicadores positivos, en especial, el acceso de los ciudadanos a una amplia cartera de prestaciones y servicios y una esperanza de vida de las más altas en el mundo.
- Afianzar la buena imagen de los profesionales sanitarios y de los servicios hospitalarios, así como incrementar los logros en I+D+i, tecnología y en nuevos medicamentos para que la sanidad española siga bien valorada por los ciudadanos, que ven en ella un pilar básico del Estado de Bienestar.
- Profundizar y trabajar en la transformación digital del SNS con acciones que permitan mejorar la interoperabilidad, garantizar la seguridad de todos los sistemas, modernizar el ecosistema sanitario y generar soluciones innovadoras además de capacitar digitalmente a profesionales y gestores del sector. También se precisa un marco legal favorable a la operativización del uso secundario de datos y la certificación de algoritmos de Inteligencia Artificial.
- Para seguir avanzando en la buena dirección, todos los agentes, públicos y privados, deberían consensuar y apoyar las estrategias necesarias para desarrollar las actividades que muestren ventajas competitivas en el panorama económico y sanitario internacional. Ello exige que las Administraciones promuevan reformas estructurales, destinando los recursos necesarios, incentiven más la investigación y el acceso de nuevas terapias y medicamentos, a fin de eliminar las barreras que limitan la competitividad internacional, y apuesten por la innovación tecnológica.
- Reforzar la colaboración público-privada por ser una gran herramienta para fortalecer el sistema sanitario y profundizar en sus avances, así como habilitar fórmulas entre actores públicos y privados para compartir costes de inversión y de mantenimiento de infraestructuras y tecnologías.
La Sanidad es un sector que reúne todas las condiciones para impulsar el crecimiento económico, la atracción del talento, la generación de sinergias y la proyección de España en la escena internacional. Y es posible conseguirlo contando con el compromiso y el consenso de los actores implicados para aplicar en la administración sanitaria las mejores prácticas de gestión de los recursos disponibles, y crear las condiciones para que el sector sanitario privado desarrolle su máximo potencial.