Situación económica global
A mediados de febrero, justo antes de la invasión rusa de Ucrania, la evolución de las principales variables macroeconómicas permitían hablar de recuperación. La remisión de la pandemia, los esfuerzos de vacunación, las políticas económicas expansivas y las condiciones financieras favorables justificaban la previsión del FMI de enero de un crecimiento global del PIB del 4,4% en 2022 y del 3,8% en 2023. Sin embargo, se apuntaba el riesgo por las presiones inflacionistas alimentadas por el aumento de los precios energéticos y de otras materias primas ante la recuperación de la demanda y la concurrencia de restricciones en la oferta.
El conflicto bélico supone un nuevo golpe para la economía global y genera un cambio cualitativo en la situación geopolítica incrementando la incertidumbre. Si bien el peso de Rusia y Ucrania en el PIB, el comercio o los mercados financieros mundiales es reducido*, ambos concentran un porcentaje importante de las exportaciones globales de petróleo, gas, trigo, maíz y de metales como el paladio o el níquel. Según la OCDE, el alza de los precios de las materias primas y los movimientos en los mercados financieros pueden detraer 1 pp al PIB global en el primer año e incrementar la inflación en torno a 2,5 pp.