Manuel Villa Cellino es presidente del patronato de la Fundación Antonio de Nebrija y presidente del consejo rector de la Universidad Antonio de Nebrija. También es socio del Círculo de Empresarios.
El círculo del conocimiento empresarial suele ser un círculo virtuoso cuando la persona portadora de ese conocimiento sabe utilizarlo simultáneamente de una forma global, especializada y aplicada, porque en el mundo de la empresa el conocimiento es así: debe aplicarse, requiere especialización y no puede prescindir de la visión global. Este conocimiento, que se aplica en la empresa de nuestros días, es el “recurso” más valioso que tienen las sociedades desarrolladas, porque sin el concurso activo de la empresa y de los empresarios no se crea valor, riqueza y bienestar en los diferentes países, por la competitiva economía del siglo XXI.
Más empresa, más debate y más ideas es un título original para este foro del Círculo de Empresarios. Es acertado porque en España nos hace falta mucha más empresa, mucho más conocimiento empresarial y mucha más valoración positiva del empresario. No sólo en España, en toda Europa y principalmente desde Francia hacia el sur, el gran déficit de la cultura de nuestras sociedades es que no saben valorar “y ensalzar” a la empresa y al conocimiento empresarial en su justa medida, en su gran contribución al bienestar y al progreso de nuestros conciudadanos. Si los españoles apreciáramos a la empresa y al empresario tanto como se aprecia a nuestros deportistas, artistas e instituciones educativas seríamos uno de los países más prósperos y más dinámicos del mundo, porque la empresa es bienestar, es armonía productiva, es generadora de riqueza y es la prosperidad futura de cualquier país, en cualquier parte del mundo. La idea de estas breves líneas es apostar por la difusión de las bondades de ser empresario como un “mito” positivo y necesario en las cabezas de los niños y de los jóvenes. Hagamos juegos informáticos para niños, cómics para adolescentes (los antiguos tebeos), series de televisión para jóvenes, etc… donde se “mitifique” al empresario como la profesión noble, sacrificada y admirable que es y seguirá siendo en la gran mayoría de los casos. Esta “mitificación” positiva del empresario en la mente de los niños y adolescentes es una de las “revoluciones” culturales que necesita España.”