Artículo publicado en el diario Expansión
Elena Pisonero Ruiz es Presidenta de Hispasat y del Proyecto La Empresa Mediana Española del Círculo de Empresarios
La crisis se ha llevado muchas empresas por delante y con ellas lamentablemente mucho empleo, pero al mismo tiempo ha curtido al tejido empresarial, especialmente el que conforman las empresas medianas haciéndolas más productivas, más innovadoras y claramente más internacionales.
Estas son algunas de las conclusiones del II Informe anual “La Empresa Mediana Española” del Círculo de Empresarios (www.circulodeempresarios.org). Por segundo año consecutivo, hemos realizado un análisis comparado de nuestro tejido empresarial poniendo el foco en las empresas medianas, aquellas que tienen entre 50 y 249 empleados. En esta edición hemos ampliado la información disponible (estadísticas y estudios) y hemos elaborado dos estudios monográficos: uno sobreproductividad (con el BBVA Research que colabora en el Informe) y otro acerca de la propensión a exportar e innovar (con las estadísticas del INE).
Los resultados del estudio de productividad constatan que el cambio estructural tiene un efecto negativo en la productividad derivado del redimensionamiento de sectores como el de construcción y el mayor protagonismo del empleo en las ramas del sector servicios. En concreto, el peso del empleo en las empresas medianas de los sectores de la industria y construcción era del 43% en 2009 y se ha reducido hasta un 37% del empleo total en 2012.
En contraste, la participación en el empleo de los sectores de comercio, hostelería y otros servicios pasa del 38% al 41%. No obstante, el crecimiento de la productividad real, medida como el valor añadido bruto (VAB) por empleado, fue muy elevado y se produjo en todos los sectores de actividad. Pues bien, son las empresas medianas las que registran las mayores ganancias de productividad, una tasa acumulada del 6,3%, superior al 4,1% que corresponde a las grandes empresas en el periodo 2009-2012.
Ese aumento de la productividad ha ido acompañado de un gran esfuerzo de internacionalización y de innovación. En el ámbito de la internacionalización, son las empresas medianas las que más han incrementado sus ventas en el exterior. En el caso de las empresas industriales el esfuerzo en estos años de crisis ha sido tal que ya exportan un tercio de las ventas totales en 2012, una proporción similar a las empresas grandes. En el sector servicios, se sitúan ya por delante de las grandes con un 17,5% (un punto más).
Estos resultados revelan el creciente protagonismo de las empresas medianas en los flujos comerciales, tanto de bienes como de servicios. De hecho, según la nueva estadística de comercio exterior, publicada por la Agencia Tributaria el pasado mes de junio, una cuarta parte del valor de las exportaciones totales del ejercicio 2011 corresponde a empresas medianas españolas.
El tamaño de la empresa se perfila como uno de los factores más relevantes a la hora de consolidar posiciones en los mercados exteriores y de tener capacidad de innovar. El porcentaje de empresas innovadoras se incrementa significativamente con el tamaño empresarial, de forma más acusada que el caso de las exportaciones. La mitad de las empresas grandes pueden considerarse como innovadoras, frente al 35,5% de las empresas medianas que acometen procesos de innovación y el 23,6% de las pequeñas.
La radiografía y evolución de la empresa mediana española, que incorporamos en el Informe, permite extraer algunos hechos estilizados como el fortalecimiento de la empresa mediana. Así, la empresa mediana a lo largo de la fase de crisis ha incrementado su tamaño medido a través del activo medio por empresa, hasta 39 millones de euros, por encima de la media correspondiente a la UE y de la cifra de negocios media (25 millones de euros).
La empresa mediana consigue aumentar su productividad en los últimos años como refleja el incremento acumulado de la cifra de negocios por empleado un 4,2% en el período 2008-2012 hasta superar los 250 mil euros. En cuanto a los resultados empresariales, las empresas de mayor tamaño son las que registran mayores tasas de rentabilidad económica, de forma que, pese a los retrocesos registrados en los años de crisis, las empresas grandes registran un ratio de EBIT/Activo del 3,7%, las empresas medianas del 1,3% y las pequeñas del 0,5%.
En la comparativa europea, la productividad de las empresas españolas es similar a la media de los países de la UE considerados en el estudio, con excepción de las de menos de 10 empleados en las que la brecha negativa es superior que en el resto de tipologías. Así, el predominio de empresas micro en nuestro tejido empresarial (93,8% en 2014) merma nuestra productividad, porque es en estas empresas en las que la brecha negativa de productividad respecto a la UE es más elevada.
Por tanto, para mejorar los niveles de productividad de nuestra economía y conseguir un crecimiento sostenible, capaz de generar un empleo de calidad es imprescindible que nuestras pequeñas empresas ganen tamaño, alimentando la “cantera” de empresas medianas con ambición de crecer porque lo harán con más productividad, más innovación y más exportación.